Una noche en un cine porno. La pantalla, parece, es una excusa para el encuentro de seres solitarios en busca de una descarga fisiológica. Algunos se entretienen en solitario; otros deambulan por los pasillos, exhibiéndose, o se acercan a una presa potencial. El ritual mezcla seducción y diligencia, y puede repetirse varias veces en una misma sesión, en el baño, el pasillo o allí mismo, entre asientos contiguos. Cada tanto, algunos suben a charlar con la boletera, la única mujer del lugar. Nolot, aquí visible como uno de los clientes, procede con elegancia aunque también con franqueza: el sexo es explícito y poco se le ahorra al espectador, pero más que el erotismo, lo que le interesa al director es la mecánica del lugar, las pequeñas estrategias de seducción y supervivencia. Los personajes se van haciendo de a poco familiares, viejos conocidos de una disimulada fiesta de la degradación, y cuando amanece se alejan satisfechos y cansados, como al final de un largo viaje, cuando ya no hay más que decir.
Francia / Dir: Jacques Nolot / Int: Vittoria Scognamiglio, Jacques Nolot, Sébastien Viala, Olivier Torres / 90 minutos / Título original: La chatte à deux têtes
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